El hecho sucedió el 5 de junio de 2016 y la causa acaba de cerrarse con el sobreseimiento del único imputado aunque la familia de la adolescente apelará.
El caso de la menor de 13 años que en 2016 denunció haber sido violada por varias personas dentro de una fiesta en una casa quinta de Tandil quedó impune, luego de que la Justicia de esa ciudad sobreseyera al único imputado por no existir prueba en su contra.
El fallo se conoció en los últimos días y fue firmado por el juez de garantías José Alberto Moragas quien debía resolver la requisitoria de elevación a juicio presentada por el fiscal Gustavo Morey en perjuicio de Lucas “Luquitas” Gómez (23).
Este joven fue acusado del delito de “estupro”, en la vieja denominación de los términos del artículo 120 del código penal, ese que dice que una menor de entre 13 y 16 años es abusada si el victimario se aprovecha de su inmadurez sexual.
Para el juez Moragas, la clave de no llegarse al esclarecimiento fue la imposibilidad de tomarle declaración testimonial a la menor. La investigación atravesó “distintos avatares dejando subsistentes interrogantes que no han podido ser superados, frustrando así las expectativas familiares, sociales y judiciales ante un hecho que conmocionó a la sociedad a raíz de la tesis del acontecimiento sexual”. Luego agregó que “produce desazón la ausencia de un elemento vital en la búsqueda de la verdad, esto es la declaración de la menor, la que por diversas situaciones no ha podido formalizarse”.
Para el abogado de la familia de la menor, Maximiliano Orsini, es una “aberración el fallo, el que está claramente direccionado especialmente porque acá se hizo todo lo posible para que la chica no declarara”. En ese sentido indicó que “se la notificaba en domicilios donde ella no vivía, los peritos decían que no estaba en condiciones, lo dilataron y nunca ella pudo declarar”
El fiscal Morey elevó a juicio con los elementos probatorios que tuvo a su alcance, como los estudios médicos que corroboraban lesiones compatibles con “actividad sexual” y numerosos testimonios, la mayoría de ellos de jóvenes asistentes a la fiesta que el 5 de junio de 2016 se desarrolló en una casa quinta de La Pampa al 900.
En tanto, Diego Araujo, de la defensoría oficial, había pedido el sobreseimiento en su oposición al entender que la imputación carecía de sustento probatorio.
La investigación
A la menor el golpe sufrido cuando caminaba con un amigo de 26 años en la ruta -por haber sido atropellada por una camioneta- la terminó por enviar a un hospital. El traumatismo hizo que una ambulancia la trasladara a un nosocomio local donde constataron la gravedad de su estado y las lesiones vaginales y anales.
Luego fue derivada al Hospital Materno Infantil de Mar del Plata donde una semana más tarde recobró la conciencia y, aseguran sus allegados, gritando que había sido violada por varios hombres.
Siempre se especuló que alrededor de este caso estaban los “hijos del poder” de Tandil, por la presencia en la fiesta de familiares de políticos, empresarios e inclusos jugadores de fútbol del club Santamarina.
Lo concreto es que la causa transitó por un camino sinuoso desde ese 5 de junio de 2016 y el fiscal Morey optó solo por imputar a Gómez.
La imposibilidad de tomar declaración a la menor fue clave y para el juez hubo motivos ajenos al accionar judicial. “Primero no se pudo porque hubo daños neurológicos, luego que la menor no estaba en condiciones el 2 de noviembre y el 5 de julio de 2017, y luego porque no concurrió tras citarla el 6 de febrero del año pasado, el 27 de febrero, el 19 y el 28 de marzo.
Pero más allá de eso, para el juez no se pudo constatar la inmadurez sexual de la menor y por lo tanto “el aprovechamiento de Gómez de esa presunta circunstancia
tampoco se pudo acreditar debidamente el conocimiento que tenía el imputado de la edad de ella”.
“En tal sentido se constituye como una circunstancia esencial en el análisis, el asombro que originó la revelación de la menor, ya que la apariencia física de la nombrada permitía presumir a una adolescente que superaba los dieciseis años”.
A propósito, dijo Moragas que “las actuales reuniones privadas cada vez más usuales entre los jóvenes, realizadas en lugares alejados del ejido urbano, en horas de la madrugada, donde prima el consumo de bebidas alcoholicas, resulta lógico suponer que ni Gómez, como así tampoco los demás concurrentes, pudieran inferir que entre ellos se hallaba una menor de trece años de edad”.
Al no existir prueba que pudiera afirmar que la joven fuera inmadura sexualmente y que el imputado se pudiera haber aprovechado de esa situación, el juez lo sobreseyó.
Tanto la familia como el abogado Orsini adelantaron que recurrirán el fallo y para eso ya se contactaron con el reconocido psiquiatra Enrique Stola (actuó en el caso del padre Grassi) para entrevistarse con la menor. “Porque ella siempre quiso declarar y en esta causa hicieron lo posible para que eso no pasara”, finalizó Orsini.